Compartimos una plegaria al comienzo de este año:
¡Que Dios te conceda un feliz 2007!
No privándote de penas y dolores,
sino dándote fuerza para soportarlos cuando lleguen;
no haciendo fácil tu caminar,
sino haciéndote fuerte para pisar cualquier terreno;
no para eliminar dificultades
sino quitando el miedo de tu corazón;
no para darte un eterno amanecer,
sino para mantener tu cara radiante, aun en la sombra;
no dándote una vida agradable,
sino mostrándote cuándo la gente más te necesita,
y empujándote para ayudarles en sus justas causas.
Que el amor, la paz, la esperanza
y la alegría de Dios te acompañen.
¡Que Dios te conceda un feliz 2007!
No privándote de penas y dolores,
sino dándote fuerza para soportarlos cuando lleguen;
no haciendo fácil tu caminar,
sino haciéndote fuerte para pisar cualquier terreno;
no para eliminar dificultades
sino quitando el miedo de tu corazón;
no para darte un eterno amanecer,
sino para mantener tu cara radiante, aun en la sombra;
no dándote una vida agradable,
sino mostrándote cuándo la gente más te necesita,
y empujándote para ayudarles en sus justas causas.
Que el amor, la paz, la esperanza
y la alegría de Dios te acompañen.