Comprometido con el pueblo pobre, ha fomentado y apoyado la creación de las CEBs (Comunidades Eclesiales de Base) en todo el país. Ha participado en el reciente sínodo sobre la Palabra de Dios y esto es lo que ha dicho durante el Sínodo:
Dios ha pronunciado su Palabra especialmente para el bien de los pobres. Él fue para ellos su refugio y su liberador. Jesús, Verbo Encarnado, nacido de María, era pobre, vivió con los pobres, estuvo entre ellos y entre los que eran considerados pecadores. Se convirtieron en sus discípulos y los llamó Bienaventurados. A ellos les proclamó el Reino de Dios. Ha dicho que debemos ser pobres de espíritu.
Increíblemente ricos gracias a un espléndido mosaico de antiguas culturas y religiones, nosotros en Asia somos, de todos modos, un continente de pobres, de desequilibrios económicos y políticos, de divisiones étnicas y de conflictos. Nuestro sentido profundo de trascendencia y de armonía está siendo erosionado a causa de una cultura globalizante secular y materialista.
La Palabra de Dios en Asia, sin embargo, llama hacia el Padre, en el Espíritu Santo, a miles de pequeñas comunidades de pobres. Y los pobres, a su vez, escuchan la Palabra de Dios. Obrando de esta manera, están construyendo un "modo nuevo de ser Iglesia" - que en realidad es un modo antiguo - es decir el modo de la primera comunidad de Jerusalén (ver Hch 2,43-46 y 4,32-35).
Conducidas por sus Pastores ordenados y por guías laicos y colaboradores capacitados, las personas simples, cada semana se reúnen en las capillas y en los hogares para celebrar el servicio de la Palabra. Escuchan la Palabra de Dios, reflexionan sobre la Palabra, rezan la Palabra y disciernen juntos cómo aplicarla cotidianamente en sus vidas. Reciben a Jesús en la Eucaristía por medio de los ministros extraordinarios laicos de la Santa Comunión, adecuadamente formados. A través de ellos, la Palabra de Dios los refuerza en la fe y los exhorta a participar activamente en la vida de la Iglesia y de los cambios sociales. Constituyen comunidades eclesiales de base, transforman las familias, las parroquias y las diócesis en comunidades vivas, y dan testimonio de la Palabra de Dios en un ambiente multi-religioso, a menudo hostil. Son comunidades solidarias y fraternas, que en su pequeño ámbito, desafían con eficacia la cultura moderna del secularismo y del materialismo.
para la distribución de la biblia católica
entre las CEBs de Filipinas y Asia.
entre las CEBs de Filipinas y Asia.