Nos visita un buen amigo…

Orlando Quevedo, OMI, Arzobispo de Cotabato (Filipinas) es actualmente el Secretaio de la FABC (Federation of Asian Bishops’ Conferences). Fue también Presidente de la Conferencia Episcopal de Filipinas… y es un gran amigo de los Claretianos desde que trabajaba en las islas del sur de Filipinas junto a nuestros misioneros.

Comprometido con el pueblo pobre, ha fomentado y apoyado la creación de las CEBs (Comunidades Eclesiales de Base) en todo el país. Ha participado en el reciente sínodo sobre la Palabra de Dios y esto es lo que ha dicho durante el Sínodo:

Dios ha pronunciado su Palabra especialmente para el bien de los pobres. Él fue para ellos su refugio y su liberador. Jesús, Verbo Encarnado, nacido de María, era pobre, vivió con los pobres, estuvo entre ellos y entre los que eran considerados pecadores. Se convirtieron en sus discípulos y los llamó Bienaventurados. A ellos les proclamó el Reino de Dios. Ha dicho que debemos ser pobres de espíritu.

Increíblemente ricos gracias a un espléndido mosaico de antiguas culturas y religiones, nosotros en Asia somos, de todos modos, un continente de pobres, de desequilibrios económicos y políticos, de divisiones étnicas y de conflictos. Nuestro sentido profundo de trascendencia y de armonía está siendo erosionado a causa de una cultura globalizante secular y materialista.

La Palabra de Dios en Asia, sin embargo, llama hacia el Padre, en el Espíritu Santo, a miles de pequeñas comunidades de pobres. Y los pobres, a su vez, escuchan la Palabra de Dios. Obrando de esta manera, están construyendo un "modo nuevo de ser Iglesia" - que en realidad es un modo antiguo - es decir el modo de la primera comunidad de Jerusalén (ver Hch 2,43-46 y 4,32-35).

Conducidas por sus Pastores ordenados y por guías laicos y colaboradores capacitados, las personas simples, cada semana se reúnen en las capillas y en los hogares para celebrar el servicio de la Palabra. Escuchan la Palabra de Dios, reflexionan sobre la Palabra, rezan la Palabra y disciernen juntos cómo aplicarla cotidianamente en sus vidas. Reciben a Jesús en la Eucaristía por medio de los ministros extraordinarios laicos de la Santa Comunión, adecuadamente formados. A través de ellos, la Palabra de Dios los refuerza en la fe y los exhorta a participar activamente en la vida de la Iglesia y de los cambios sociales. Constituyen comunidades eclesiales de base, transforman las familias, las parroquias y las diócesis en comunidades vivas, y dan testimonio de la Palabra de Dios en un ambiente multi-religioso, a menudo hostil. Son comunidades solidarias y fraternas, que en su pequeño ámbito, desafían con eficacia la cultura moderna del secularismo y del materialismo.
El arzobispo Quevedo colabora con PBF
para la distribución de la biblia católica
entre las CEBs de Filipinas y Asia.