Necesidad de ser creativos

¿Qué podemos hacer como misioneros?
Es una pregunta recurrente…
Es algo que nos preguntamos continuamente
desde estas fronteras.
En lugares donde el trabajo “tradicional” de misión
no es posible… ¿entonces qué?

¿Cuáles son las fronteras inexploradas?

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La parábola de las sandías cuadradas
(Parafraseado de mensajes de internet)

Las verdulerías o “híper” japoneses se encontraron con un problema. A diferencia de otros países, en Japón los estantes son muy pequeños. Les falta espacio. Y las sandías, grandes y redondas ocupan mucho lugar. Lo normal es que la gente les diga a estos hipermercados y almacenes que las sandías crecen así y no hay nada que se pueda hacer. Esto es lo que a la mayoría de la gente se nos ocurre. Pero los agricultores japoneses buscaron una solución. Y en poco tiempo diseñaron la sandía cuadrada.

Para los que pensaron que la solución no era imposible no les llevó demasiado tiempo descubrir cómo lo podían hacer. Diseñaron una pequeña caja cuadrada y dejaron que la sandía creciera dentro de la caja.

Los hipermercados respondieron muy favorablemente; la transportación fue más barata y los consumidores felices porque ahora las podían poner en sus heladeras que son mucho más pequeñas que en otros países y los productores pueden incluso cobrar un poco más.

¿Y qué tiene que ver esto con otra cosa que no sean sandías? Podemos sacar algunas lecciones y aplicarlas a muchos rincones de nuestra vida y misión. Aquí van algunas:

No suponer: El problema mayor fue que la gente siempre había visto sandías grandes y redondas y por tanto asumieron que la idea de una sandía cuadrada era simplemente imposible y ni siquiera se les ocurrió pensar de otra manera. Las cosas que haces siempre de la misma manera en tu vida ni siquiera se te ocurre que puedan hacerse de otra forma. Romper con estas suposiciones puede beneficiar grandemente tu vida y te invita a buscar siempre formas alternativas de hacer lo cotidiano. No es fácil porque ni siquiera somos conscientes de que ciertas cosas ni siquiera nos damos cuenta que las hacemos. Parecen muy lógicas en la superficie y no hacemos el esfuerzo de cuestionarlas.

Cuestiona tus hábitos: La mejor manera de enfrentar estas suposiciones es cuestionar tus hábitos. Si lo logras hacer consistentemente verás que podrás mejorar la manera en que vives. La formación de hábitos, cuando fueron bien pensados, es generalmente una cosa buena, pero la mayoría de nosotros hemos adoptado nuestros hábitos de gentes y lugares sin ni siquiera darnos cuenta. Cambiar los hábitos es tarea de toda la vida y vale la pena intentarlo para tener una vida más plena.

Sé creativo: Cuando tengas un problema, sé creativo para buscar una solución. Para esto hay que estar dispuesto a pensar fuera de lo normal. En el caso de la sandía seguramente que mucha gente hubiera pensado que era necesario alterar genéticamente a las semillas de sandía para que luego crecieran cuadradas, lo cual es mucho más difícil. Al mirar la pregunta desde una perspectiva alternativa, la solución fue mucho más simple. Ser creativos y mirar a las cosas de diferente manera a lo acostumbrado en todos los aspectos de tu vida te ayudará a encontrar soluciones a muchos problemas que de otra forma no se solucionarían. Aunque no seas una persona creativa te maravillarás con los resultados. Es un arte que se va aprendiendo y se expande continuamente.

Busca una solución mejor: La pregunta sobre la sandía cuadrada se solucionó al buscar hacer las cosas de manera más conveniente. Los hipermercados lanzaron la pregunta. Es imposible encontrar una solución mejor, si no te animas a hacer la pregunta inicial. Crea el hábito de preguntarte: ¿Existe una manera mejor de hacer esto? Y te maravillarás que frecuentemente la hay.

Lo imposible muchas veces no lo es: Si comienzas pensando que algo es imposible, entonces ciertamente lo será para ti. Pero si te decides a ver si algo es posible o no, te darás cuenta al intentarlo. Saca la lección de la sandía cuadrada y aplícala a todas las áreas de tu vida (trabajo, finanzas, relaciones, etc.) y te darás cuenta que aplicándolo consistentemente mejorarás todos los aspectos de tu vida.

Y es así como la sandía cuadrada nos cuestiona
y anima en nuestra misión en China donde nada
de lo que tradicionalmente hace
un misionero se puede hacer en este país.
Nos fuerza a cambiar las preguntas,
a buscar nuevas formas,
a descubrir las fronteras inexploradas.


Es Pentecostés y afirmamos: “¡Imposible nada!”

Nos toca buscar soluciones yallanar
el camino de la Iglesia en China
porque “¡imposible nada!”