Falleció a los 97 años el obispo pionero de Shanghái

Aloysius Jin Luxian, obispo de Shanghái, quien tuvo un papel muy importante in la historia de la Iglesia Católica en China, especialmente en los últimos 30 años, falleció el 27 de Abril en comunión con el Papa a los 96 años.
Nuestra relación con el Obispo Jin de Shanghái comenzó a principios de los años 90, cuando el obispo chino visitara Filipinas. Durante nuestro trabajo con la Biblia Pastoral en varios idiomas, incluído el chino, tuvimos ocasión un par de veces de visitarlo en Shanghái y siempre nos ha apoyado en nuestro trabajo.

El Obispo Jin es quizás la personalidad católica china más conocoda en el resto del mundo. Aquí van unos detalles de su vida:
Una figura controvertida en China. Para algunos era ‘muy patriótico’ y amigo del régimen. Para el gobierno el obispo estaba muy cerca del Vaticano. En una entrevista en 2010 cuenta el obispo Jin: “Aquí todo es muy complejo, y yo tengo que ser—cómo se diría—ambas cosas: una serpiente y una paloma. El gobierno piensa que estoy muy cercano al Vaticano, y el Vaticano piensa que estoy muy cercano al gobierno. Soy in pez resbaladizo entre el control del gobierno y los requisitos del Vaticano.”
Nació en Shanghái en 1916 de familia católica. Muy pronto quedó huérfano. A los 22 años entró en la Compañía de Jesús—su nueva familia. Joven con una inteligencia precoz, sus superiores lo envían a Francia y a Roma para seguir sus estudios. Siguen años muy turbulentos en China: caída del imperio y comienzo, en 1949, de la República Comunista. Como consecuencia los misioneros extranjeros fueron todos expulsados de China. El P. Jin pide regresar a Shanghái en 1951.

En 1955 fue arrestado juntamente con cientos de sacerdotes y laicos. Pasó 5 años en prisión solitaria. En 1960 fue sentenciado a 18 años de cárcel. Luego en 1972 fue liberado con libertad condicional y finalmente en libertad en 1982. El P. Jin abrió nuevamente el seminario de Shanghai y en 1985 fue consagrado obispo y trabajó mucho por la renovación de la Iglesia: Restauración de las iglesias, formación de los seminaristas, abrió una imprenta y casa editorial, con la cual mantenemos contacto y hacemos publicaciones conjuntas actualmente. Invitó a profesores extranjeros a dictar clases en el seminario. Logró permiso del gobierno para orar por el Papa en la Misa. En 2005 el Vaticano finalmente reconoció al obispo Jin.
Mons. Jin tuvo que luchar toda su vida por la libertad religiosa en China. Un tema todavía es ascuas en Shanghai y en la Iglesia en China. La sucesión del obispo de Shanghai se anuncia delicada y será una prueba de las relaciones entre Beijing y el Vaticano tras la llegada del nuevo papa Francisco.