Hong Kong en una noche especial


Todos pudimos apreciar la espléndida luna hace un par de semanas, pero quizás no tan bien como el espectáculo que se pudo ver desde Hong Kong. Nuestra parroquia está a unos 20 kilómetros de mar de este lugar, al lado del mar y de hermosas montañas. Como ‘comunidad’ escalamos de noche la montaña (con unas pizas y cervezas al hombro) y disfrutamos del hermoso espectáculo.

El Filipinas tuvimos un extraordinario compañero misionero, que llegó a la misión ya mayor, y la misión era dura… pero de vez en cuando teníamos alguna celebración. Se hizo famosa su expresión? “¡Y que digan que esto es misión!”.

El P. Tomás Peyton
Toda una vida entregada a la misión en China. Con lágrimas en los ojos lo despedimos a su regreso a Estados Unidos, a sus 85 años.

P. Tomás Peyton, misionero de Maryknoll

Fue nuestro ángel cuando hace 10 años llegamos a Hong Kong. Nos recibió en su parroquia y nos llenó de su espíritu misionero, especialmente por los pobres en China. Sus continuos viajes a los leprosorios y escuelas pobres de China continental fueron un ejemplo y aliciente para nuestro trabajo misionero en esta frontera.


Misionero apostólico, emprendedor, ‘mano rota’ para ayudar a los más necesitados. Promotor de la Palabra de Dios en chino – nos vivía preguntando: “¿Cuándo saldrá el Nuevo Testamento en chino?” Nos ayudó mucho en la distribución de libros en China.

Las últimas palabras que le oí: “Voy a ver qué proyectos nuevos puedo comenzar en Nueva York… antes de regresar a Hong Kong”.

El último ‘adiós’ en el aeropuerto de Hong Kong. P. Peyton, tercero de la derecha.